L’Homenaxe a Pachín de Melás en LNE

Homenaje a «un buen gijonés»

El asturianismo rinde tributo al escritor Emilio Robles Muñiz, «Pachín de Melás», al cumplirse tres cuartos de siglo de su muerte, durante la Guerra Civil

06.04.2013 | 04:02

Pilar Robles, hija de Pachín de Melás, en primera fila, en el centro, y su hija Ángeles, a la izquierda de la imagen.

Pilar Robles, hija de Pachín de Melás, en primera fila, en el centro, y su hija Ángeles, a la izquierda de la imagen. marcos león

J. M. CEINOS La de Emilio Robles Muñiz, «Pachín de Melás» en la historia de la literatura asturiana, fue una vida dedicada a su tierra natal gijonesa y al ideal de preservar las raíces culturales de Asturias, que terminó en la enfermería de la cárcel de El Coto el 6 de marzo de 1938, en plena Guerra Civil, a causa de una dolencia cardiaca.
Y tres cuartos de siglo después de la muerte del prolífico escritor en llingua asturiana, que había nacido en 1877, las sociedades asturianistas Iniciativa pol Asturianu y Ástura organizaron una velada en recuerdo de Pachín de Melás en la sede del Ateneo Obrero, a la que asistieron Pilar Robles, hija del escritor, y su nieta Ángeles. Una velada que, según sus organizadores, tiene el propósito de convertirse en una cita anual para recordar «a uno de los escritores asturianos más importantes del siglo XX», en palabras de Xuan Pandiella, de Ástura.
También criticó Pandiella el desinterés oficial sobre Pachín de Melás, como lo prueba que el 75.º aniversario de su muerte quedase en el olvido, salvo por el acto celebrado ayer para homenajear a «un asturiano ejemplar y un buen gijonés, que fue quien puso a salvo los restos de Jovellanos» antes de que la iglesia parroquial de San Pedro fuera volada durante la Guerra Civil.
Ese episodio dio pie a Pilar Robles para corregir algunos datos recogidos sobre su padre. Por ejemplo, Pachín de Melás no nació en Cimavilla, «era de Bajovilla, de la que ahora es la calle de Melquíades Álvarez, esquina con la calle Contracay», refirió Pilar Robles, que tenía 15 años cuando falleció su padre.
También relató que Pachín de Melás, en efecto, rescató los restos de Jovellanos que estaban en la iglesia de San Pedro, pero «con testigos y por lo legal», después de que, como gran jovellanista, advirtiera al anarquista Avelino González Mallada, entonces presidente de la gestora municipal republicana que gobernaba el Ayuntamiento de Gijón, de que la voladura de la iglesia destruiría los restos de Jovino.
«Antes de que los mineros volaran la iglesia de San Pedro mi padre, con testigos, los recogió y los depositaron en la Escuela de Comercio». Así se salvaron los restos del ilustrado, que reposan ahora en la capilla de los Remedios, aneja a su casa natal, en Cimavilla.
Tras la caída del Gijón republicano en manos del bando nacional, el 21 de octubre de 1937, Pachín de Melás, que se había distinguido en impulsar un estatuto de autonomía para Asturias, fue detenido y encarcelado en la prisión de El Coto. En el recordatorio de ayer se leyó la última carta que desde la cárcel remitió el escritor a su esposa, Agapita, en la que confesaba desconocer el delito del que estaba acusado. «Yo qué hice», repetía a su familia Pachín de Melás, relató su hija Pilar. A los pocos días de la misiva, Emilio Robles Muñiz dejó de existir.

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